Robert Delaunay - Autorretrato, 1906
En 1912 abandonó el cubismo, con sus formas geométricas y
colores monocromáticos, para embarcarse en un nuevo estilo, el orfismo, que se
centró en las formas circulares y en los colores brillantes, y que ha sido
también calificado de cubismo abstracto o rayonismo. Su serie Ventanas (1912)
constituyó uno de los primeros ejemplos de un arte abstracto total y referencia en el arte moderno.
Su amor por el ritmo y el movimiento le llevó a realizar
varias series de cuadros basados en eventos deportivos, como Sprinters
(1924-1926), que culminaron en impresionantes obras abstractas centradas en el
ritmo, como sus últimas series "Ritmos" y "Ritmos eternos".
GRANDES OBRAS:
Durante un tiempo cultivó el cubismo, pero pronto ingresó en la abstracción, dedicándose a la investigación del color y la luz.
Estimulado también por el cubismo y el dinamismo futurista practicó una forma de abstracción con colores vivos, organizados libremente en torno a una estructura geométrica bastante elemental. Este propósito lo consiguió en sus Ventanas. Son siempre planos trasparentes de formas geométricas donde apenas hay dibujo. Cada plano tiene una iluminación independiente y el motivo de la ventana irá poco a poco perdiéndose hasta llegar a ser cuadros totalmente abstractos.
También realizó obras con implicaciones musicales, basándose en la noción de dinamismo visual, provocado por el color. En Formas circulares la disposición del color en el plano produce una sensación de ritmo animado. Los círculos concéntricos del cuadro se corresponden a diferentes armonías cromáticas, logrando un excelente dinamismo rotativo.
GRANDES OBRAS:
Mujer Portuguesa.
Paisaje, 1905, Óleo sobre madera.
Ritmo, 1932.
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